Entradilla

Alas, plumas, fantasía, ganas de volar y de volver a mi planeta...

jueves, 3 de marzo de 2016

ECLIPSE Y EL DESIERTO


Play: The four aces. Mr. Sandman


El hombre de arena llegó al mundo cuando Volcán se percató de que a los periodos de luz les corresponde oscuridad como referencia. Justo después, produjo su última erupción, la que acabó con él y le transformó en páramo. Entonces Eclipse, asustada por la idea de eternidad, recogió parte de aquel cuerpo, lo condensó en una roca y pidió su último deseo a Destino con el lenguaje de antes:

_ Convierte esta roca en meteoro y envíalo a mí cuando ya no sea capaz de recordarme, cuando el futuro esté a punto de hacerme acabar.


En ese meteoro sólo viajó una parte del todo de Volcán, el resto quedó en un desierto del que surgió el concepto de infinito, paisaje infinito, amor infinito. Y sin que ningún científico pudiera atestiguarlo, estas ideas juntas crearon materia, seguramente por la reacción del tiempo con el espacio. Apareció un ser de aire y tierra a quien Eclipse pudo cuidar durante milenios y que le dio su nuevo nombre: la que a su llegada provocó la oscuridad ahora era Lucía, ser de luz, que ve y permite ver.

miércoles, 2 de marzo de 2016

PRIMER LIBRO DE ECLIPSE. ÚLTIMA TRANSICIÓN.

Play: Sarah Vaugham. Chelsea bridge.




Conocieron en un tiempo los humanos
biógrafos estelares.

En tiempos se entregaron a sus especulaciones
con fe universal.

En tiempos sus fantasías
fueron realidad indiscutible.

Porque una explosión histórica,
como la cumbre de diez mil cuentos,
fue el nacimiento de Eclipse.

El mundo de Eclipse lo describe la naturaleza terrestre.
Se ve en el reguero de hormigas,
en la impronta solar,
en el agua contagiosa,
en las células creativas,
en el aire contundente,
en los pulmones que le dan la forma.

Eclipse, cuidadora de planetas,
matrona de astros por nacer,
amamantará al futuro en el momento histórico
de la muerte del destino.

Todas estas cosas ocurrieron
y el espacio entre las cosas,
el desorden de las letras,
la velocidad del viento,
la memoria de los humanos,
dejaron perderse esta historia,

El destino de una mujer alada
se descubrió en el futuro
de las mujeres después de ella.

Pero Eclipse vive en las cornisas,
se ve a sí misma en equilibrio
se ve a sí misma y se mira
para recordar el destino cumplido,
para recordar el fin que empezó con su llegada,
para recordar el principio de su tiempo.

Y Decisión se ahogaba
en el mar de dudas del futuro.


Y la niña Literatura tuvo que esperar escribiendo.

PRIMER LIBRO DE ECLIPSE. SÉPTIMA TRANSICIÓN


Play: Sarah Vaugham. Misty.



ECLIPSE CIUDADANA

“Muchos soles se alejaron de mí
ahora que escribo estos versos”

Esto pensaba Eclipse
que no halló papel tan amplio
que pudiera contener
las últimas estrellas de sus alas.

Esto imaginaba ella
y Tiempo, celoso por la atención,
hacía caer una pluma más.

Y Perspectiva mostraba a la joven
que pronto ya no echaría de menos su escudo.

Y Decisión se ahogaba
en el mar de dudas del futuro.

Así comenzaba la canción de Eclipse
y sus alas perdían plumas
y, en cada pluma,
una gota de sangre
que le recordaba el Unicórnalo de su infancia,
una gota de sangre que describía en el cemento
la forma de sus letras nuevas.

Creatividad,
la última madre antes de la civilización,
antes del pavimento y la contaminación,
vivió entonces en la grafía.
Eterna como había sido,
decidió su propia muerte
para hallar el estado inmortal del arte,
en el futuro.


...

ECLIPSE POETA

“Tengo una hipergrafía triste,
una reflexión nerviosa que no surge,
una incertidumbre que no conozco,
que no soy capaz de nombrar.

Hoy mis letras tristes están dispersas,
duermen entre algún algoritmo del pasado,
posiblemente en los factores
de una fórmula que nunca utilicé,
incluso, es probable, que anden intentando resolver
algún problema que he olvidado
y existe en una parte del cerebro
a la que mi capacidad consciente
no está preparada para llegar.

¡Volcán! ¿Dónde está nuestro destino?
Este futuro es confuso
no logro representar
la función en que se desarrolla.

Tengo logaritmos imposibles en la pluma.


Tengo una hipergrafía difícil en la tristeza”.