Entradilla

Alas, plumas, fantasía, ganas de volar y de volver a mi planeta...

martes, 22 de septiembre de 2015

ANGUSTIA



Estaban a punto de terminar las vacaciones y tenía que volver a un trabajo que ya no encajaba con nada ¿quién era la culpable de eso? Nadie, claro. Sólo la edad, que había propiciado la acumulación de malos augurios hasta el punto de lo inexplicable. Ya sólo quedaba opción de seguir adelante y esperar que todo terminara encajando sólo o, por lo menos que las sensaciones no terminaran desbordando y dejando su cerebro como un páramo postapocalíptico, algo desconocido.

La mente de Angustias nunca fue una mente cómoda. Desde la niñez tuvo que aprender a cuestionar los conceptos más básicos,  incluso el bien y el mal tuvo que adaptarlos para poder seguir adelante. Aunque este ejercicio no la curaba del mal de sus dudas, al menos la ayudaba a tomar decisiones. Sobre todo cuando le venía a la cabeza el relato de su vida y sentía la tentación de hablarse a sí misma de mala suerte.  Mala suerte no podía ser, pero tampoco carma... 

¿Qué podía haber ella hecho de mal cuando con sólo 6 años se dio cuenta de que los Reyes a veces no traen regalos a los niños? Así, siempre que algo dolía, intentaba superarlo sin salir demasiado herida.