Play: Sade. No ordinary love.
Se
querían tanto que el frío les compensaba con manos y besos calientes. Sólo la
nariz de Lucía parecía tener algo que demostrar en aquel lugar húmedo y
salvaje, un agüilla tibia y salada formaba una gotita en la punta. Ella rio a
carcajadas cuando él, de un lametón, con su lengua perfecta, robó la gota diciendo que estaba en su punto: una nariz preciosa con reducción de
Pedro Ximénez.
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