Entradilla

Alas, plumas, fantasía, ganas de volar y de volver a mi planeta...

domingo, 14 de febrero de 2016

PRIMER LIBRO DE ECLIPSE. SEXTA TRANSICIÓN

Pasó la primavera con la llegada
de una mariposa con olor a verano.
Contarán un día este nacimiento,
el comienzo de una historia como un cuento.
Cantarán a aquel día prehistórico
en que Eclipse sintió el pequeño calambre.
Bajo el hueco de su espalda,
arqueada con esfuerzo,
ella sintió un rayo,
un relámpago,
un furioso trueno,
una mínima tormenta,
una tempestad,
un granizo creativo,
¡zas!
De la cueva de su espalda,
sobre el suelo, bajo ella,
echaron a correr las pequeñas criaturas,
el principio de todo,
niños y niñas que nunca serán acabados.
Tras el dolor, Eclipse quedó dormida.
“Imágenes, compañera,
sueños es lo que ahora vives”
Volcán observaba el llano repleto
de los primeros brotes de futuro
y veía a Eclipse recobrando
su primer aliento perdido.
“Volcán ¿cómo se llama ese árbol?”
“Pregúntale a él”.
El niño Ciencia
corrió tras el tronco
que andaba atareado
contando flores.
“Éstas, las rojas, hacen ciento cincuenta mil.
De estas el nombre es amapola
su movimiento común como una ola
ama la ola, amapola”.
“Volcán, si el mar cambia ¿es siempre el mismo?”
“Pregúntale al pez”
La niña Filosofía emocionada marchó a nadar
para conocer el sonido del agua nueva,
para conocer el lugar donde muere el mar,
para conocer la renovación y la rutina.
“Uno es el mar y mil las olas que lo componen,
el agua es una y mil las gotas en que se esparce,
uno, como la soledad, y muchos, como la familia,
uno como el minuto y mil como el tiempo”.
“Volcán, las estrellas de Eclipse ¿son las mismas que vemos por la noche?”
“Pregúntale a la luna”
Y a la noche el niño de los Astros,
miró al cielo para contar las estrellas,
para darles una historia,
para conocer su origen.
“El tiempo se cuenta diferente aquí,
yo soy luna de mil millones de años,
tu tiempo no puede medirse por mi existencia
y conmigo hay miles de años de luz”.
“Volcán, ¿cuántos son los colores?”
“Pregúntale a la luz”
La niña Arte miró al sol,
comprendió su temperatura,
aprendió la velocidad de la imagen,
asimiló una mezcla visionaria.
“Volcán, ¿de dónde vienen el dolor, el alma y la palabra?
“Pregúntale a Eclipse”
La niña Literatura tuvo que esperar escribiendo.
Durante el sueño de Eclipse
Volcán hizo morir muchos días,
y pasaban las estaciones
al ritmo de su propio nombre.
Durante el sueño de Eclipse
la vida cambiaba y a su alrededor,
en el lugar de donde no surgía ya vida
por la falta de luz,
un nuevo material de áspera textura
aparecía y se extendía
dando forma a un nuevo paisaje.
Cuando despertó la nueva madre
sintió el invierno.
Sintió en su cara
el aire que levantó
el aleteo de una mosca.
Muchos años hicieron falta
para que Volcán transformara
la primera brisa en la primera helada
y, cuando halló la forma,
comenzó una nueva Era.
Eclipse La Fuerte,
que con la nieve iba perdiendo las alas,
se despidió muchas veces de sus plumas,
pero no sentía pena por ello.
Decisión la apoyó en cada paso,
con el primer hombre,
la primera mujer,
los primeros niños,
la primera flor y la primera primavera,
con el primer brote y la primera ola salada.

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