Por el contrario, los
restaurantes de alrededor rebosan humanidad latente. En las puertas se forman
mareas de un animalario desatado que juega a la libertad por una hora, la de la
comida.
Eleyo es una empresa educada. Se
tendría que negociar mucho para acordar llamarla respetuosa o correcta y, aun habiendo llegado a esa concordia, la mente
habría de asumirla sólo superficialmente, sin acoplarla al córtex.
El origen de la corporación es
bastante común si pensamos en las grandes empresas españolas. En 1927 un
bienintencionado heredero redactó el libro de estilo de lo que sería su nueva
empresa y, aunque entonces no decía nada sobre buen vestir, sí asentaba las bases del sometimiento que se
hizo más grosero o más sutil según el momento histórico en que fijemos la foto.
Con el paso del tiempo, ese hogar
decente para familias cristianas que fue la Corporación, por el puro vicio que
provoca el poder indiscriminado, aunque sea dentro de ese amplio margen que
ofrece lo políticamente correcto, se ha convertido en un vecindario cerrado y
cruel, que obtiene eficacia al ritmo represivo de la vergüenza.
Cuando Yago y yo hicimos las
pruebas de acceso en enero de 2007, recién salidos de la facultad de
psicología, sólo tuvimos que mostrar, sin poner intención, que teníamos un
sentido de la familia muy digno. Luego, con el paso de los meses, nos dimos
cuenta de que estas emotividades, sólo te habilitan para personal de cubículo y
que, llegar a despacho o puesto intermedio, sólo depende de lo cerca que estés
de la obra de la iglesia o del ejército.
En este escenario imperativo,
Yago y yo formamos un buen equipo, nos compensamos. Él es noble, sus fines en
la vida se desarrollan fuera de la corporación y, aun siendo discreto en su
desinterés táctico, prefiere estar al margen del espectáculo político. Este
carácter suyo tan paciente y protector le hace un buen profesor para los jefes
nuevos que vienen a ocupar los despachos.
Yo, por el contrario, soy, no sé,
superficial, ambicioso, provocador, si tengo objetivos en la vida, lo son en
high definition. No es que tenga orgullo, creo, pero sé aparentar afección.
Y así, mientras Yago cumple sus
labores de padre, yo me encargo de vendernos.
_ Oscar, ¿pasaste el informe de
producción que pedía el jefe?
_ Sí, está pasado. Este mes
bajamos producción, pero he dejado claro que es porque han subido los precios,
no porque los productos no interesen. ¡Yago, pásame algún papel que viene el
jefe!_ Normalmente hablamos depié junto a los escritorios, que están separados
por unos tabiques de madera de más de metro y medio de alto.
_ Joer, Oscar, siempre con tus
teatros. Me incomodas, tío.
_ Tú hazme caso y pásame algún
papel y asiente con la cabeza, que nos está mirando._ Yago siempre termina haciéndome
caso, sabe que así le quito de encima ciertas tareas de confraternización que
le aburren.
_ A ver equipo ¿cómo va ese
proyecto?
_ ¿Cuál jefe?_ le digo yo_
tenemos siete en proceso.
_ Óscar, el que tú y yo sabemos,
el importante._ No quiere dar más detalle por si no atina, así que guiña el ojo
de forma muy poco natural, buscando mi complicidad.
_ ¡Ah! El Gran Proyecto. Precisamente Yago me estaba pasando una copia en
blanco y negro de los últimos análisis de comportamiento de los usuarios que
hemos elaborado. Me estaba explicando algunos puntos sobre las implicaciones
del… producto 9 en un entorno de múltiple elección del
consumidor.
_ Ya, ya, ya, Oscar. No sigas.
Pasadme lo que sea antes de iros a casa. Lo quiero todo en mi mesa impreso a
color, como siempre.
Cuando el jefe se aleja,
atravesando la sala hasta su despacho, deja una estela de vacío perceptible, es
como una sensación de "nadiedad" que da tristeza. A Yago no le gusta
que le tomemos el pelo, aunque yo le explico cada vez, que es supervivencia y
que el jefe no siente nada, está anestesiado por su propia ambición y cegado
por las exigencias de la Corporación.
Cada año tenemos que dirigir el
están en la feria de comerciales del sector. En estas ocasiones en que hay que
hablar en público, el jefe siempre delega en nosotros. Yo digo que esto es
porque teme que le pregunten algo del negocio, pero Yago opina que quiere que
adquiramos experiencia en la comunicación y que experimentemos en primera
persona el contacto con el público.
_ De acuerdo, jefe, dejaremos el
pabellón bien alto.
_ Ya, Oscar, pero antes de nada
mándame la presentación de los productos que vais a promocionar con las
características. Quiere verlos el gran
jefe.
_ Claro, claro, por supuesto,
jefe. La tendrás en tu mesa antes de que Yago y yo nos vayamos, impresos en
color, como siempre.
En las ferias tenemos un deber
fundamental, transmitir la imagen familiar y conservadora de la Corporación.
Antes del gran día, todos los
compañeros hacen sus peticiones: "no digáis nada de la contabilidad, que
eso luego se retransmite por la televisión"; "y a los periodistas ni
agua": "seguro que este año también van los panchitos esos, cuidado y no digáis nada cerca de ellos, si
quieren nuestro mercado, que lo trabajen como hacemos nosotros".
Las ferias son un gran
acontecimiento para la oficina. Saca el orgullo colectivo y tribal por la
empresa de la plantilla y algunos compañeros, llevados por ese instinto de
turba institucionalizada, fruto de la antigüedad en la corporación, se olvidan
incluso de las buenas maneras y la corrección cívica. Pero no importa. En el
libro de estilo de nuestro amado fundador, no se impone el respeto a la
competencia.
Cuando volvemos de las ferias,
repartimos el botín. Otro gran momento en el día a día de la planta. Además de
los detalles promocionales de Eleyo, bolígrafos, cuadernos, caramelos, que nos
han sobrado, traemos con nosotros los frutos de las relaciones comerciales que
hemos mantenido con otras empresas.
El primero en exigir su parte es
siempre el jefe.
_ Bueno chicos_ creo que no
recuerda nuestros nombres_ ya sabéis que no está bien visto que os quedéis con
los detalles promocionales de la feria. Traed las cosas que hayan sobrado,
etc._ siempre lo incómodo es "etc."_ y vamos a repartirlo a la
oficina_ el vamos es él, y Yago le agradece liberarle del compromiso de ir al
resto de despachos primero.
_ Yago y yo necesitamos algunas
cosas que llevan las referencias de posibles proveedores interesantes.
_ Por supuesto, Oscar, coge lo
que necesites y hazme un informe sobre esas empresas interesantes.
Este año Yago y yo, tendremos
bolígrafos también. Ciertamente, formamos un buen equipo.
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